Anoche te llore y me llame cobarde, anoche te llore y te llame demonio, hoy te lloro y te llamo ángel.
Ya es noche y al igual que ayer prometí no llorarte, pero mis vanas promesas carecen de valor, anoche solloce y al gritar tú nombre estrangulado en mí garganta, caí vencido de tanto llorar.
Descubrí que una noche te perdí, que una noche te llore, que una noche te odie, y que siempre te amaré.
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